martes, 5 de enero de 2016

LOS MEJORES DISCOS MUNDANOS DEL 2015 - Parte IV (15-11)

Nunca tan vigentes estos fragmentos para este episodio de nuestros mejores discos mundanos, así que atención a la lectura y luego revisar las reseñas…salvo la posición 11.
“La marea creciente del pasado histórico está mojándonos  los tobillos, los revivals fueron la escena musical más influida por la “Regla de los veinte años de revivalismo”: los ochenta estuvieron “in” durante gran parte de los 2000 bajo la forma de postpunk, del electropop, y, más recientemente del resurgimiento gótico. Pero también hubo etapas precoces de revivalismo de los noventa, con el nu-rave fad y el ascenso del shoegaze, el grunge y el britpop como puntos de referencias para las nuevas bandas indie.
…Después de todo, la nostalgia es una de las grandes emociones pop. Y a veces, esa nostalgia puede encarnar la agridulce añoranza del pop por su propia edad dorada perdida. En otras palabras: algunos de los grandes artistas de nuestra época están haciendo música cuya emoción primordial se dirige hacia otra música, hacia una música anterior…”
Retromanía, la adicción del pop a su propio pasado. Simon Reynolds, páginas 13 y 20.  



15
DEEPER
THE SOFT MOON
Captured Tracks
Desde las cenizas del post-punk más oscuro de comienzos de los 80s, esparcido en el espacio sonoro del mundo contemporáneo, el productor, cantante, compositor, instrumentista, arreglista, y “todopoderoso” Luis Vásquez, las reúne no para ser un revival más del montón, lejos de la parodia, sino del más lóbrego y paradójicamente atrayente o incitador hacia el baile, en la mayoría de las piezas que componen Deeper, el tercer álbum del artista, capaz de hacernos sacudir el esqueleto en medio de las tinieblas o en un club de mala muerte, y en las que no, fantasear con nuestro lado oscuro. 
El techno-industrial siniestro de “Black”, cuyos sonidos maquinales pugnan por triturarnos, resulta excitante, breve pero contundente, y dejándonos listo para ser seducidos por el corrosivo vértigo de “Far”, una de las mejores de la placa, que bebe de ese turbio manantial compuesto de oscuras sonoridades ochenteras como dark-wave, post-punk, EBM, industrial y gótico. Simplemente magnífica.     
En “Wasting”, las sonoridades que nos propone The Soft Moon, evocan al The Cure del periodo Faith-Pornography, lúgubre, tétrico y espectral o al sombrío Killing Joke. “Wrong” nos trae una sobrecarga de loops, beats, voces robotizadas, sonidos computarizados y frenéticos sintetizadores creando una formidable ambientación de discoteca maldita, para que el inframundo salte a la pista de baile. La gótica “Try” con sus cuerdas de bajo, guitarra y sintetizadores enajenados confabulándose para recrear el soundtrack para la pesadilla perfecta, resulta hipnotizante y abrasiva.
Tras las cumplidora “Desertion”, la tensa “Without” y la dance “Feel”, sigue la pieza que da título al álbum, “Deeper”, donde una andanada de tambores y diversos tipos de percusiones tribales, etéreas y atmosféricas nos remiten a la ecléctica propuesta de The Creatures. Cierra “Being”, con esas enfermizas voces susurrantes que nos llevan a hacia sonoridades  que emprenderán una agitada vorágine de sonidos góticos y salvaje electro-punk, impulsándose desde sus profundidades los gritos nocivos de Vásquez, hasta desatarse una maraña de dementes feedbacks y ensordecedores ruidos. 
Extraordinario disco del músico de antepasados cubanos, que resume el ayer, hoy y futuro del lado oscuro de la música new wave, tan lleno de angustia, pesar y amor, tan familiares como lo son nuestros propios infiernos. 
    

14
MORE FAITHFUL
NO JOY
Mexican Summer
Viajar a Costa Rica para recibir inspiración sobre su nuevo disco, parece que fue la decisión correcta que tomaron las No Joy, y así proseguir con una historia que comenzó con una colaboraciones vía mail entre Jasamine White-Gluz en Los Angeles, y Laura Loyd en Montreal, hasta que ambas decidieron establecerse en la ciudad canadiense para presentar su material en vivo y continuar con la edición de sus discos, siendo More Faithful, el tercero de ellos.   
Sonoridades caóticas, sosegadas, angelicales y fantasiosas son yuxtapuestas a lo largo de las 11 canciones que componen este lindo álbum de ¿revival shoe-gaze?, las ensoñadoras cuerdas y voces de “Everything New”, imposible no evocar a Cocteau Twins tras su escucha, o a My Bloody Valentine con sus murallas de distorsión, creo que así lo decretan. El disco revienta con la explosiva “Remebering Nothing” cuyo diez segundos iniciales se asemejan al de “Love Will Tears Us Apart” de Joy Division para de allí conducirse por una marea de guitarras ondulantes  y voces sobrepuestas. Las improvisaciones expuestas en “Holywood Teeth”, son múltiple emociones como una ruleta rusa, la hipnótica “Moon in my Mouth”, el pop sofisticado al inicio de “Burial In Twos” mutando hacia el nosie-rock, y en la cima las volátiles voces de sus cantantes, haciéndonos vivir un esplendoroso clímax sonoro, nos originan increíbles sensaciones en nuestro ser. 
La noise “Corpo Daemon”, la somnífera “Bolas”, el ruido atmosférico de “Chalk Snake” enlazándose con los giros espontáneos de la ensoñación hacia el ruido en “Rude Films”, o  las capas etéreas de “I Am An Eye Machine” impulsándose hacia el ruidismo en toda su amplitud, cerrando con el explosivo sonido de “Judith”   de singular ruidismo épico y cantos etéreos, encumbran a los arreglos de cuerdas y de voces como bastiones de la obra de las No Joy, quienes demuestran   que el truco del revival no consiste en sonar igual a las bandas emblemáticas de un género, sino tomar sus elementos y traerlos al presente para hacerlos sonar frescos, vigentes e innovadores a pesar de resultarnos familiares.    


13
FANDING FRONTIER
DEERHUNTER
4AD
Luego del sonido sucio y corrosivo mostrado en Monomania (2013), salvo algunos temas, los liderados por Bradford Cox se revientan revisando su pasado combinándolo con sonoridades más oníricas y experimentales, e inspirándose en las traumáticas experiencias de su líder, siendo la más reciente, su accidente de diciembre del 2014, pero siempre teniendo a lo psicodélico como plataforma.   
Refinadas cuerdas dándose de cara contra tambores etéreos en “All The Same”, en “Living My Life” logrando que los teclados suenen espaciales, creando ambientaciones psicodélicas, flotando sobre ella la voz de Cox, acompañada por una serie de sonidos de percusión extraídos de la caja de ritmos, para luego pasar de sutiles punteos a sinfónicos teclados y arreglos de violines y cellos, en la majestuosa “Breaker”, de las melódicas cuerdas de guitarra a mandarse con lo etéreo en “Duplex Planet”, los sintetizadores sonando a vals en “Take Care”, llevándonos por una serie de sonidos volátiles, sentencian lo comentado al principio.
Lo más experimental del disco vendrá con “Leather and Wood”, cuyas enrarecidas cuerdas, ruidos y percusión minimalista confluyen para crear una peculiar pieza, tratando de estructurar sobre el final con diversos sonidos inconexos un armónico cierre. La guitarrera “Snakeskin” que fue lanzada como single promocional, a pesar de ser un buen tema, no encaja con el resto de la obra pues su sonido guarda referencia con lo hecho en su álbum antecesor. Con “Ad Astra” la banda retorna por los senderos de la experimentación ofrecida en “Take Care”, aunque los sintetizadores adquieren prevalencia a lo largo de la pieza, concluyendo con “Carrion” y sus rasgos folk-rock. 
Los Deerhunter siguen mostrando lo buenos que son estructurando canciones y dándoles el equilibrio necesario a sus texturas sonoras para continuar cautivándonos y refrescándonos con cada nuevo álbum que lanzan.  


12
COMPLETE MUSIC
NEW ORDER
Mute
El reto era grande para la legendaria banda de Manchester, sus últimas producciones solo habían alcanzado (“raspando”) el nivel de aceptable, Peter Hook se había retirado del bajo, una pieza vital y uno de los estandartes del sonido de New Order, el regreso de Gilian Gilbert a los teclados, y el haber firmado con la emblemática Mute Records acrecentaban la expectativa sobre este nuevo acto.
Algunos parámetros tenían que ser claros, primero “tener la visión musical de un mundo sin Peter Hook”,  algo que la banda ya lo hizo con Technique, donde la electrónica se sobrepuso al lado rockero del grupo, es más por aquella época Hook había declarado estar aburrido en las sesiones de grabación y de estar rodeado de aparatos electrónicos y que lo suyo era más el “punche” rockero. Así que había que ir a lo seguro, reinventarse haciendo lo que mejor saben y con los recursos que se cuentan. No es casualidad que tras escuchar Complete Music, lo primero que nos remite son a dos de sus majestuosas obras del pasado, Technique (1989) y Brotherhood (1986).
Además de ello New Order reclutó a una serie de figuras “banderas” que representan las dos tendencias musicales por las que el sonido de la banda ha transitado a lo largo de su historia, el rock y la electrónica, allí tenemos a Iggy Pop,  Brandon Flowers (Killers), Tom Rowlands (Chemical Brothers) y Elly Jackson (La Roux).
“Restless” nos fue la mejor elección como single del álbum, pues el disco va hacia otras latitudes sonoras, nos recuerda el sinsabor de los anteriores discos, sin embargo al darle múltiples oportunidades uno se da cuenta que está ante un tema fresco y que sirve como impulso para lo que vendrá, aun así creo que no funciona como promoción de Music Complete. Vayamos de una vez al tema producido por el hermano químico,  la danza vertiginosa de “Singularity”, comenzando desde el bajo de Tom Chapman, logrando que no extrañemos a Hook, sopesando la avalancha de sonoridades trance, house, rave que se apoderarán del ambiente, electrónica de la más lisérgica, excelente tema. Más sonido sintético destinado para la pista de baile desfila con “Plastic”, cuyas sonoridades oscilan entre Kraftwerk, Giorgio Moroder y Pet Shop Boys (o Electronic). La eurodisco e ibiceña “Tutti-Frutti” es 100% Technique, esas voces robóticas ralentizadas resultan imposibles no compararlas con las de “Fine Time”, el tema cuenta con la participación de Elly Jackson quien repite voces en la house de corte discotequero “People On The High Line”.
El misterioso techno de “Stray Dog” sirve perfectamente para que se desplace la siniestra voz del gran Iggy Pop, y por ahí algunas distorsiones de guitarra, en “Academic” muestran los vestigios de lo que algún día fue New Order en su apogeo. Las acústicas cuerdas de “Nothing But A Fool” nos presenta el lado más nostálgico del disco, y por cierto nos recuerda al penumbroso Joy Division. En “Unlearn This Hatred” una sonoridad frenética no logra cuajar del todo con la ralente voz de Sumner, ni aún esa avalancha de electrónica, el punto flojo del disco, igual la intermitente  e hibrida “The Game”. Finalmente la electropop “Superheated” me hace pensar si Brandon Flowers es el invitado de New Order o Bernard Sumner es de The Killer, pero igual se trata de un buen tema, pegajoso y correcto como cierre de álbum. 
En conclusión New Order nuevamente se ha mostrado entero frente a la adversidad, es un feliz retorno, no llegará  a la altura de sus discos ochenteros pero sí basta para darnos por bien servidos y mantener viva la fe a nuestros héroes de Manchester. 

          
11
ARE YOU ALONE?
MADJICAL CLOUDZ
Matador
Del introspectivo sonido del debut, ahora se pasa a uno  todavía más íntimo y delicado, con instrumentación muy básica, teclados/sintetizadores y voz, para qué más, sonando atmosférico, etéreo y sobre todo, increíble. Minimalismo le llaman. Hasta la portada sigue siendo tan austera como la del primer álbum.
Y es que el dúo canadiense es capaz de convertir lo lánguido en hermoso, a la tristeza darle rangos apoteósicos o proporciones grandilocuentes como en “Control”, pieza que destaca por sus estratosféricos teclados, o “So Blue”.

Las sonoridades ambient de “Silver Car Crash” sirviendo de pista de despegue para que salgan impulsados unos espectaculares sonidos de teclados, mismo film espacial, convirtiéndose en uno de los instantes más conmovedores y épicos del disco. En “Change” la voz de Welsh nos cautivará a pesar de su ligero acompañamiento, el sonido de poderes “magnéticos” en “Downtown” emulando a una guitarra eléctrica al que se le sobrepone un triste órgano de iglesia, resulta hipnótico.  En “Game Show” yendo de lo básico a lo astral y en “Call On Me” sonorizando a la soledad, son pistas de las bondades de  este álbum, donde Devon Welsh con su voz y Matthew Otto con su instrumentación elemental, logran envolvernos con sonidos compungidos, pero que resultan tan estimulantes, haciendo que la tristeza no sea repulsiva sino algo para el regocijo. Sin duda estos canadienses logran hacer magia con tan poco, y eso es muy meritorio.    

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